Je te detéste
No sé si se me notará en la mirada o en cómo aprieto los dientes... quizás la forma tan agitada en que respiro. Quién sabe, a lo mejor los escalofrios que me recorren y me hacen sobresaltar... pero no podría asegurarlo. Y justo ahora que estoy así, caminando a prisa y con la cabeza baja, te me atraviesas tú. Tú con tu pelito "geek" y tus ojitos tiernos, tú con tus metáforas vulgares y tu lenguaje ordinario, tu y sólo tú, corrompiendo todo y a todos. Le fémina más pestilente, la mas fétida de las damas.
¿Te parece excesivo? entiendo que parezca demasiado, lo entiendo y lo sé, y ¿sabes qué? no me importa odiarte, aunque sea aquí en secreto, aqui yo solito: arrugandome y maldiciendote, la verdad que no me molesta.
Supongamos pues, que quiero medir, en parametros claros, todo el desprecio que siento por tí. No voy a decir que te odio tanto como el océano o el cielo azul, y no lo diré porque estaría mintiendo. Para fines mas exactos y lícitos, creo que te odio tanto como todo París... aunque tambien podria ser del tamaño del lago Päijänne, asi mas o menos. Pero no es tu culpa, soy yo que simple y llanamente te detesto; creo que no he descubierto el diamante en bruto que hay en ti.
Y que bueno que ya me salió, ¿no? y que bueno que me salió bonito para que al menos sepas que me esforcé por ti, que me inspiré en ti y que todo lo hice por ti, maldita zorra infernal.