Caramaniola

Una mañana fresca, un sol brillante, gente y camiones. Olores diversos que se mezclan y apiñan aqui y alla, formando combinaciones increibles.

-Ay, wey, Hermosillo está lleno de hoyos- dijo Karen con desconcierto.

-Muñeca, los de la calle no son los más profundos-.

Entonces, y sólo entonces, alguien aparte de mí y el Manuel pareció (de alguna u otra manera) notarlo.  ¶ 9/24/2004 05:02:00 PM

  La Tour

Realmente sólo pensaba en tomar tu mano. Tus labios, tu rostro y tomar tu mano. Tus muslos, tus senos tan diferentes, tu lengua y tomar tus manos. Hablándome de cómo te ha ido en la escuela, que estudias derecho y de cuánto te divierte tu maestro con jiricua, ese al que le dicen "el Duvalín". Y seguimos hablando toda la noche, al ritmo del jazz suave y las medias de seda, sobre tantas cosas que no habíamos hablado antes, sobre tanto que ya sabíamos, sin parar, sin detenernos: callejón de palabras, cataratas de palabras, muerte de palabras. Después no tuvimos más empacho. No viste problema en levantarnos, caminar un poco y ver las fotografías, una a una, con su juego de sombras y sus visiones y lo inherente que nos recordaba a nosotros. Te gustó especialmente la de los pies con fuego. Bien a bien no me lo dijiste, pero lo supe tan pronto te vi ese destello de perlas; como verás, a mí no me puedes engañar. No puedes porque te he observado muy bien, aquí y allá, por toda la piel, en tus rincones, en los ángulos que a nadie muestras. Ya en ese momento las proporciones se hacían reales.
Una tras otra y de nuevo llegamos a tu favorita: los pies en llamas, el desierto. Tu destello otra vez y mi emoción que más no podía esconder. Para mí un vodka, tú un Baileys en las rocas (y la sonrisa que sabes me delata). La mesa y comenzar otra vez, mis relaciones fallidas, tus infidelidades, mis temores, tus canciones de cuna. Aun asi, la cadencia entre tú y yo seguía, quería que siguiera, que nos envolviera, que nos rasgue, que nos rompa en trozos absurdos. Tu no comprendías (ni siquiera sabías) esta tentación que me embarga cuando te veo, solo hablabas de lo bien que te queda la comida, de cuánto a cambiado tu cuerpo, todo lo ocupado que tienes el día.
Decidí seguir así, decidiste seguirme el juego sin siquiera conocerlo. En tanta noche, en toda la noche tuve la oportunidad de recordar, de volver a vivirte como antes. Realmente sólo pensaba en tomar tu mano. Tu labios, tus ojos, tu esposo y tomar tu mano.  ¶ 9/23/2004 08:28:00 PM