Lost in translation
Entonces, con la Angela de apoyo, nos lanzamos a la onda de ver "Perdidos en Tokio". La verdad es que no esperaba demasiado porque hace tiempo que dejé de hacerle caso a los críticos y a los Oscares. Compramos nuestro boleto y nos metimos a ver la peli en esa suerte de aventura y paseo de ocio.
Lo primero que me capturó (no sé en qué términos) fue el close up a las nachas de Scarlett Johansson con el calzón semitransparente y la raja a todo lo que da. Para cuando habían pasado 10 minutos, la historia ya surtía su efecto y me maravillaba con esos paneos simples pero bellisimos y ese mood tan nostálgico que suele consquistarme. Quizás eran las situaciones: lo cómico de la prostituta, los triste de la llamada, lo irónico de la esposa, lo confuso del esposo; y asi, pedacitos que me completaban en un nivel que no alcanzaba a comprender. Al igual que la historia, las tomas y los personajes, la música no me era indiferente de manera que Kevin Shields, Air y Happy end se encargaron de hechizarme con sus Kyotos y sus ikebanas y todo lo relajante y lo extásico que me enseñaron. Pero no pasó de ahí, sólo era una película que me sorprendió gratamente.
Ayer la vi de nuevo en este mood que traigo, en esta ansia que traigo y se me reveló toda una nueva simbología que no había podido descifrar antes (y casi que ni ver). Y es que en muchos sentidos, Lost in translation me representa de una manera muy fiel. Guardando las debidas diferencias, "Lost..." me resume todo lo perdido que me siento a veces, todo lo solo que estoy, el sinsentido que me embarga, la sensación de que algo conmigo no está del todo bien (sin las locaciones exóticas, por supuesto). Tambien representa todo lo que quiero y espero de la vida... y me molesta andar por ahí deseando esa especie de Shangri-La que no voy a encontrar nunca (Vero dixit). "Lost..." para mí es el equivalente cinemático de un sueño lúcido, de esos que yo siempre tengo. Me gusta pensar en la idea de que las personas se pueden unir por todo, incluso por la soledad y la incertidumbre, y sobre todo, pienso que me gusta porque eso me da una oportunidad. Me gusta por lo minimalista, comica, idealista, romantica y encantadora que es, por lo que me proyecta, por lo androgina, por lo atemporal, por lo personal. La verdad que me gusta por todo.