Viktor Frankenstein
A veces juego a armar a la mujer perfecta. No es un juego muy complejo pero demanda dedicacion y fuentes diversas. En mi modelo, recojo diversos trozos y los voy acomodando con cuidado de hacer algo bonito; de hecho, en ciertos sentidos mi juego es casi como esculpir: le pongo piernas, le pongo nariz, cejas, dedos. Es un juego que me gusta y por tanto me esfuerzo bastante y trato de conseguir los mejores retazos. Voy juntando pedacitos, observo, diseño y pongo manos a la obra. Y es bien curioso porque así me estoy mucho tiempo, acomodando y reacomodando piezas, combinando ojos y manos y ombligos.
En general está bien, pero he llegado a darme cuenta que en mi caso no es muy sano, no es normal. Muchos podrían decir que no tiene nada de malo y al principio lo pensaba asi, pero dada mi naturaleza retraída y quisquillosa a veces me mantengo demasiado absorto en actividades imaginarias y dejo de poner atención en la realidad. A veces me doy cuenta que no me gusta nadie más que mis títeres inventados, nadie me llena por completo más que mis muñecas de trapo, mis nenas de recortes de revista, y me da como sustito. En parte es porque el juego me resulta adictivo y una vez que empiezo es difícil que me detenga. Esto se debe a que tengo la seguridad de que en mi posesión están los trozos necesarios para mi chica perfecta y solo ocupa unos detalles. Poquitos grados, poquitos centímetros, poquitos segundos y mi creación será sublime.
Justo ahora estoy en mi último proyecto. Recién empiezo y tomo unos ojos, ojos de Winona Ryder o de Gogo Yubari y los pego (que queden alineados porque no me gustan las vizcas). Después me ocupo del pelo, y es que hay mucho para escoger, pero creo que me quedaré con el pelito de Nanaka Nakatomi que me resulta muy interesante. Para la nariz tuve que buscar mucho porque no es algo en lo que me fije, de manera que no sabía qué elegir: descarto una, descarto dos... y ésta está bien, naricita de Ely Guerra, y la acomodo (aunque también podría ser la de Björk). Para la boca, ni siquiera titubeo, es una boca que he elegido con anticipación casi milenaria, labios hipnotizantes y Alicia Silverstone me hace el favor. El cuerpo me ofrece un nuevo reto porque no busco algo específico, siempre que no sea un tambo todo esta bien. En términos voluptuosos podría pedir una silueta de Faye Valentine, si no uno de Gwen Stefani o no sé... algo normal. El color de piel sí es interesante, me intriga el de Nelly Furtado, pero con ojos de Gogo Yubari se verá extraña, aun así I'll give it a try.
A partir de aquí viene la parte compleja, porque tengo que armarle toda una filosofía, un perfil y
features que van más allá de su físico. En este punto empiezo a jugarme el pellejo con mi creación. Para empezar me gustaría que tuviera una cosmovisión de Amélie Poulain, intensidad de Beatrix Kiddo, dedicación de Ai, inteligencia de Fuu Hououji. Tambien tiendo a fijarme en el olor. Me gustaría que oliera como Luz o como Diana o hacer una combinacion digna de Grenuoillle. Si tuviera la voz de Björk sería a perfección, además de su creatividad. Personalidad de Akane Tendo, convicción de Lola, inocencia de Ed, encanto de Erika Shugert...
De repente veo que el tiempo se me ha ido en puro jugar, en mi rompecabezas de chicas imaginarias y llega la noche y yo inocentemente pienso que debe haber una para mi en alguna parte.