No one can be happier than me
Martes
Fue levantarnos sin carro ni planes concisos. Yo, por supuesto, dudoso y me quería ir de ahí lo más rápido. Increible que me quisiera regresar a Hermosillo. Memo sabía como hacerme reír y hablabamos de pendejadas y jugamos cartas. Esperabamos. Nunca llegaron, pero una llamada desencadenó todo. Un arranque de espontaneidad me arrasrto a la terminal, y es que yo debía salirme ya.
Llegué a Guadalajara entre las 0830 y las 0900 y me disponía a tomar el camión con unos alemanes enamorados. Finalmente 60 pesos nos convencieron a ambos y de repente me encuentro en la puerta de Belem 182 en la colonia Centro. Y ya caminé frente a esa famosísima catedral con sus torres fatales, comi tamales y depués galletas mágicas... lo que mas tarde nos llevó a reirnos como estupidos y locuras gastronómicas. El efecto fue lento, pero bastante firme y de repente estuve girando en colores mientras mi cabeza se alejaba de mi cuerpo. Mi cuello no era mas que una banda elástica y no paraba de girar a millones de revoluciones por segundo al son de un jazz tan desconocido como Miles Davis. Rodolfo no estaba mas, pero yo me mantenía en un trance dificil de explicar, tan absurdo que me avergonzaba. Pronto entendí que eran ondas de tristeza hechas color, justo como la frescura que me da en la punta de los dedos o en la lengua o esa oscuridad que solo se dejaba ver a ratos. Y todo en su onda, y todos viendome y de repente mi cabeza se detiene y de nuevo me avergüenzo como si fuera la ultima vez y prometo dejar lo cóncavo al reves y volverlo todo una paradoja. En lo mientras hablamos de perros en casas, tortillas perfectamente doradas y biombos inútiles.
Y de pronto fue mañana otra vez.
Miércoles
De hecho, la mañana empezó tarde, como a la una. Fue curioso porque nos sorprendió vestidos o quizas fue solo un engaño. Mi cabeza seguía totalmente dislocada y ellos ya estaban afuera. Tomé la mala desición de acompañarlos: a la SOGEM, a caminar sin rumbo, a la exposición indispuesta. El tiempo se pasó sin mas y no habiamos dejado de caminar con los pantalones y los zapatos a cero absoluto. Los camioneros en Guadalajara son peor que en Hermosillo y es curioso porque antes no lo hubiera podido concebir.
Ahora espero Rodolfo mientras escucho a la primera banda en la luna ("as long as we remember"). Y mañana es una incógnita igual. No sé si Rodolfo vaya a estar. Hablaré con Sung y a ver si se arma algo. He's nice... I could even say he's cute. No tengo mucho dinero y eso me limita. Ni siquiera estoy escribiendo bien, pero no es eso lo que quiero... mas bien me gustaría comer y dormir y que se me quite ya este mareo tan sutil.
