Set y AnaDel tiene dos amigos: Set y Ana. Ana y Set son punks: lo demuestra su ropa, su manera de pensar, sus peinados, sus propias confesiones. Ana es muy reaccionaria, lo que en los de su clase resulta una paradoja, mientras que Set no es tan llamativo. Ellos, como buenos punks, tiene férreas convicciones e ideas inamovibles, hacen fuertes críticas a la sociedad y denuncian todo aquello que de alguna manera les parece injusto, inaceptable o que abona a la desigualdad de genero, raza o especie. Ana y Set son vegetarianos estrictos, además de que evitan los conservadores, los colorantes, los saborizantes y un largo etcétera de químicos que es casi imposible sortear en estos días, de tal manera que el tiempo que convivimos sólo los vi comiendo soya, siempre preparada de la misma manera, acompañada con tortillas de maíz. Desde ahí ya estaban violando su juramento. Para evitar los herbicidas y fertilizantes uno se tiene que hacer sus propias tortillas y de hecho, sembrar su propio grano. Ana y Set están en descontento con la sociedad y con la política, y su manera de protestar y hacer frente a esta situación es, para nuestro más puro sufrimiento, obviar la hora del baño. El argumento político que los exime de bañarse es que el ser humano trata de quitar su propia esencia mediante esta acción, intenta ser algo que no es; así pues, ellos quieren ser auténticos y ser fieles a su entidad humana-espiritual (lo que indudablemente significa apestar un chingo). Después de semejante explicación me quedé pensando un rato sobre si tenían una vaga idea de lo que significa "argumento político", en todo caso ellos se sentían satisfechos con su razonamiento. La razón social, según explicaba Ana, radica en que ante la ciudadanía es aceptado que un hombre no se bañe durante uno o dos días (cosa que no es del todo cierto), pero si una mujer no se baña por tanto tiempo, será rechazada y juzgada por los demás. A mí me parece que hay una diferencia enorme entre 2 o 3 días y 8 años (cifra que pregona con orgullo), y por otro lado, la protesta no aplicaría a Set, quien de todos modos disfruta de su mugre. Donde Set y Ana se encontraban no salía ni el sol, y es que el hedor que de ellos emanaba era tal, que me daban unas instantáneas y potentes ganas de vomitar. Pero eso no es todo. Ana y Set no realizan, por ninguna razón, actividades que impliquen higiene o acicalamiento, de manera que no se lavan los dientes, no lavan sus ropas, no se cortan el pelo. Ana comentaba llena de emoción que roba calzones nuevos de Walmart y entre risas dijo que se limpiaba un poco la concha cuando le baja (y saltó a mi mente la imagen de una concha toda mosqueada y con coágulos de sangre gigantescos), siempre y cuando le pareciera necesario. Cierta tarde, Ana se estaba untando bloqueador (yo pienso que con toda la tierra que traía el sol no pasaba ni a putazos) y conmovida le dijo a Set: "wey, no mames, con mi mugre y el bloqueador se hizo como lodo". A mí me dio un asco de no ver. Ana quería tener rastas, y para poder lograrlo, le pidió pelo regalado a unos peluqueros, lo enredó y se los pego en la cabeza con vaya uno a saber que cosa puerca. Ana y Set no salieron en muy buena onda de la casita. El martes en la noche hicieron un desmadre y Rodolfo perdió el control y todo se fue a la mierda, lo bueno que Set y Ana se fueron con su olor y sus ideas a otra parte, a partir de entonces la casa se olisqueaba como campiña inglesa en primavera.