Chingu

Pasé por nuestra mesa y había gente en ella. De hecho justo estaba una mujer en tu silla, en tu posición. Y me acordé de ti.
Hago recuentos de dónde estuvimos. Así de patético soy.  ¶ 6/16/2005 04:56:00 PM

  Ojos polimórficos

Hay momentos en los que me siento totalmente abierto, totalmente a carne viva, una herida que no cierra. Esquivo golpes, caigo en pantanos, busco quimeras. Tengo la sensación de que todos tiran de mí en dirección opuesta. Mis órganos se contradicen, soy un entero de partes discrepantes y belicosas.
Las batallas que libero son contra mí mismo. Poseo una eterna lucha de columnas que se alojan dentro mío, columnas durísimas, de roca indestructible, de acero macizo, que chocan entre sí produciendo un estruendo ensordecedor y me estremezco. Sufro de estallidos por culpa de mis pilares que no ganan ni pierden ni detienen el combate. Se sacuden sin piedad, no descansan en sus intentos de destrucción recíproca y me han causado estragos.
Ahora mismo soy víctima de sus peleas, es imposible esquivar los choques. Lo que amo lucha con lo que quiero. Lo que deseo ataca a lo que soy y me está permitido tener. "Resisto, resisto, resiste", dice, "resistencia". No soy yo el interlocutor y sin embargo...
También tengo una mascara para esconder los encuentros, una mascara y un diálogo que he memorizado. La mía, al igual que otras, tiene confesiones, exactamente las mismas confesiones, y tan lejos en tiempo y espacio, tan distantes las costas. He tenido experiencias similares: el aliento nublado, las cartas amargas e inútiles.
Comamos el tiempo, mastiquemos cada sol, trituremos las noches y los domingos. Tengo tiempo para recostarme en el humo, puedo fingir que no ha habido espacio suficiente para las caricias prohibidas. Así mejor, porque inevitablemente llegaremos a la conclusión de que esconderse es lo más sensato. Dormitar en libros y vino es la única respuesta: saltar hábilmente, cortar de tajo los años, cruzar con los ojos cerrados. Entenderé que el esfuerzo fue necesario para no sentir los venenos de la lejanía o las toxinas del corazón roto, pero eso no será pronto, faltan montañas. Quién sabe, posiblemente hasta que esté de vuelta con ustedes o hasta que lo vuelva a ver a él.  ¶ 6/05/2005 08:38:00 AM