Pudo fallar y fallóCurioso que la gente a veces te traiciona con pétalos de rosa, con espuma. Hace cortes tan delicados, usa navajas tan finas, que resulta imposible diferenciar. Precisar si esa alfombra carmesí que se desliza es tu sangre o sangre de otro, o si es sangre en realidad, se antoja una empresa dificilísima. Resulta especialmente pesado si la persona que te hace tajos es la misma que sólo unos minutos atrás considerabas un bosque.
A lo mejor y soy yo, y no hay duda de que soy yo... y aun así se sintió tan...