Si hace poquito la amabas, ¿que no?Conozco tan bien a la derrota y me es tan fiel
que la primera vez que vencí,
el único momento en que la victoria fue mía,
no supe reconocerla y admirar sus ojos claros.
Me suspiró en el oído, pronunció mi nombre suavemente,
pero fingí no comprender.
Ahora de nuevo soy el fracasado que siempre fui
y tú que eras mi único triunfo,
me sabes más a pérdida, a todo lo que no te di,
a lo que soñé en hacer contigo y más no se va a poder.
No me extrañaría enterarme que la vida me dejó ganarte una vez
sólo para poder seguir perdiendo.