Paso 2: Morir en el intentoSignifica que he fracasado. No es que sea algo nuevo (pero tampoco lo tenía planeado esta vez). La verdad es que llegué a pensar que mediante el blogg podría desarrollarme, avanzar y crear habilidades, empezar a sorprender. Ahora sé que me tuve en mucha estima.
Hace algunos días me asaltó la inquietud de terminar con ciertas cosas, y ya empecé. Empecé a terminar. Es estúpido pretender usar lo anterior como una especie de recurso literario. Es lastimero y mediocre. Y sin embargo, también es el punto. Demuestra mi incompetencia, mi ignorancia; demuestra que no tengo nada que decir ni talento. No hay estética, tampoco mensaje.
Hace tiempo que estoy en búsqueda de algo que me identifique y me separe de los demas, y pensé que la escritura podría ser el camino de la segregación definitiva. La verdad es que no lo fue, y está bien. Quizás algún talento me descubriré después, pero hoy no, éste no.
Termino. He decidido poner fin a esta prueba y desaparecer. Se acaba este blog sin terminar. Gracias, lindos.
Esto es verdaderamente morir en el intento.
Paso 1:
Ochocientas treinta y nueve palabras de verdadHoy simplemente acepté la humillación. Mi orgullo a la papelera, escupitajos en las manos y el pie a fondo en el acelerador. Me dirigía a tu casa y pasé por enfrente despacito, como queriendo guardarme el secreto. Era en realidad bastante tarde, o por lo menos así le parece a alguien que sale a comprar harina para hot cakes y helado en viernes por la noche. Me tomó menos de diez minutos subir al auto, poner el stereo a todo volumen y rolitas despechadas, andar por el boulevard, atravesar el laberinto en el que vives y hacer varias maniobras frente a tu casa mientras me preguntaba si estarías dentro y con quién; asi es, muñeca, iba contando, le fui restando metros y sumando minutos. ¿Y por qué fui? Verás, es una pregunta fácil con respuesta difícil: porque sí, porque te ocupo, porque no puedo estar sin ti a pesar de tanto que a pasado, porque nadie me cabe excepto tú, porque te necesito, porque por alguna razón que no logro comprender eres la única que me completa, que me deja pleno. Lamento soltarlo tan a boca de jarro, pero es que hace tiempo que se me viene desbordando.
En realidad, fue puro horror, puro miedo a ti y a lo que yo pudiera ocasionarte. Preguntar porqué es lógicamente comprensible, pero revelar es un campo minado, es mirar a través de un cristal empañado y hacia un abismo negro; porque la verdad es que no logro recordar ni armar una respuesta aceptable con los trozos que tengo de razón. Me inventé fantasmas hasta que hubo suficiente peso y reventé. Reventamos por lo mas débil y lo más débil era yo, amor, yo que te tuve miedo y que estaba imaginando situaciones. Lo sospechaste, ¿recuerdas?, podías percibir que algo no estaba del todo bien. Lo supiste inmediatamente y te arriesgaste igual. Ahora quiero disculparme y echar todo atrás, y en realidad es tan estúpido como suena. Si quieres la verdad, he de confesar que me arrepiento. Ahí está, lo he dicho ya por fin. Lamento en verdad haberte dejado por que no tengo luz, ni destino; apenas te alejaste y se me acabó el sentido y la dirección, mira que hasta se me caen las lágrimas de lo perdido que me siento sin ti.
Hoy pasé frente a tu casa porque quería verte, porque me estoy empezando a pudrir. Aposté mal, elegí las cartas equivocadas y te perdí. Ahora no tengo pretextos para acercarme, por eso te miro en el salón sin que nadie se dé cuenta o patrullo por tu vecindario a la vez que sospecho que sales con alguien y me molesto. ¿Tú crees? Tanta molestia para esto. Tanto hacerte daño y hacérmelo yo solo para después querer deshacerlo todo. No tengo perdón.
Siempre me cuestiono porqué no ando con alguien, ha pasado suficiente tiempo ¿no es así?. Pues, para empezar los que me conocen saben que mi lista de pretextos es interminable, mi habilidad para buscar defectos (a pesar de mi propia imperfección) es legendaria, ha sido considerada mítica. Y es así, puedo expresar con lujo de detalle qué es lo que no me gusta de una mujer. Los que me conocen también saben que es una manera de alejarme, de eliminar a priori las posibilidades. En realidad estas chicas no me interesan. Su desventaja principal es que no son tú. No importan sus encías, mi amor, te lo juro. No es por los tacones, ni su intenso deseo de perrear, ni tampoco que les guste Sin Bandera. Las rechazo porque no se llaman Diana Rosas ni les gusta lo que a ti te gusta ni tienen esos labios tuyos que me encantan, ni se parecen a ti. No las pretendo porque no voy a encontrar a otra como tú, con el mismo olor y los mismos rincones. Entonces, cuando me doy cuenta de que no hay nadie como tú y de que tú ya no eres mía, me pongo mal.
Declaro en este momento que no terminé contigo por un segundo amor. No me interesaba Brenda ni nadie más. Carecía de amantes, de prospectos y planes, y sólo te quería a ti como mi receptor y puerto. No había motivos para hacer lo que hice, para romper los vidrios que rompí como no fueran mis imágenes patológicas. Lo que quiera que hayas pensado que pasó descártalo inmediatamente. Confieso con dolor que fui yo. No hay terceros en esta historia que justifiquen mis aberraciones, y no tengo con quien compartir la carga. La soledad y el desencanto que antes me ayudabas a disipar me los quedé yo solo y me están despedazando. Me erosiono, linda, y es por ti, o más bien por falta de ti. Porque a diferencia tuya, en los años no han servido más que para concentrar la tristeza, evaporar los débiles fundamentos y complicar las heridas.
Me estoy acabando, y me encantaría que me armes de nuevo. Sin embargo te suplico que no lo hagas. De verdad te amo, y de verdad lo siento.
CarácterNo tengo tantas ideas en la cabeza. Ésa es una verdad irrefutable, un muro de tres paredes, un escudo del dragón; dependiendo del sentido que se le quiera dar, de la metáfora que mejor calce. Puedo tomar dos párrafos y embellecerlos un poco, hacer gala de un arsenal poderoso y salir avante, pero aun así, a pesar del adorno, del chifón y el encaje, el núcleo problematico subsiste: el hecho incuestionable de que carezco de imágenes para transmitir. Hace tiempo que tengo esta sensación, una sospecha que llegó como el invierno y que además fue tomando forma, ganando masa y densidad, como si estuviera a punto de invernar. Entonces, hace pocos días, la verdad me cayó pesada, me golpeó el pecho con fuerza y sin piedad.
No sirvo. No tengo con qué. Me falta sustancia y complejidad. Despues de comprender he decidido que haré algo al respecto, solucionaré el inconveniente a cualquier costo, incluso si hay que cortar cosas de tajo, y justo estoy pensando qué es lo que hay que cortar.
