CarácterNo tengo tantas ideas en la cabeza. Ésa es una verdad irrefutable, un muro de tres paredes, un escudo del dragón; dependiendo del sentido que se le quiera dar, de la metáfora que mejor calce. Puedo tomar dos párrafos y embellecerlos un poco, hacer gala de un arsenal poderoso y salir avante, pero aun así, a pesar del adorno, del chifón y el encaje, el núcleo problematico subsiste: el hecho incuestionable de que carezco de imágenes para transmitir. Hace tiempo que tengo esta sensación, una sospecha que llegó como el invierno y que además fue tomando forma, ganando masa y densidad, como si estuviera a punto de invernar. Entonces, hace pocos días, la verdad me cayó pesada, me golpeó el pecho con fuerza y sin piedad.
No sirvo. No tengo con qué. Me falta sustancia y complejidad. Despues de comprender he decidido que haré algo al respecto, solucionaré el inconveniente a cualquier costo, incluso si hay que cortar cosas de tajo, y justo estoy pensando qué es lo que hay que cortar.